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Higiene Personal del Usuario Encamado y Medidas de Prevención de UPP.

Una vez detalladas en el anterior post, muchas, aunque no todas las funciones del TAPSD, vamos a centrarnos en algunas de las conocidas como funciones de índole asistencial, concretamente las relacionadas con la higiene y el aseo personal. Con intención de ofrecer algunas pautas, para asistir a usuarios encamados a la hora del aseo personal, y ofrecer algunas medidas preventivas que mitiguen la aparición de UPP (de las cuales hablaremos más en profundidad en siguientes post), gran problema que atañe a todo tipo de usuarios encamados y sus cuidadores. 
                              

La higiene del usuario es un conjunto de intervenciones destinadas a mantener la piel de este, limpia e hidratada, con el fin de proporcionar al usuario bienestar y comodidad, además de evitar la aparición de enfermedades, ya que esta actúa como primera barrera del organismo.

La higiene del usuario es vital para evitar la aparición de complicaciones potenciales, como son las infecciones y las escaras. Su principal beneficio es mantener la piel en buen estado, para que así esta pueda cumplir su función de protección. Durante su realización, se contribuye al bienestar del paciente (físico y psíquico) y al descanso, favoreciendo la relación usuario-técnico, además de estimular la circulación sanguínea. (En un primer momento es posible que exista una barrera pudorosa) Otro beneficio para el usuario es que el aseo ayuda a mejorar su estado de ánimo y su autoestima.

Durante la higiene, se puede proceder al examen y valoración de la piel, analizándola exhaustivamente, enfatizando en las prominencias óseas, donde se suelen dar los puntos de presión, y prestando atención a la aparición de heridas, que alteran la integridad de la piel. De esta forma, se podrán prevenir numerosas complicaciones, estimulando y protegiendo la piel. Pudiendo usar por ejemplo la Escala Norton.


También son importantes las actividades que se pueden realizar durante la higiene, como son masajes, la movilización de miembros y articulaciones y el empleo de la temperatura del agua para modificar la del paciente en casos de fiebre, etc, además de transmitir técnicas de cuidado, es decir, proporcionar educación para la salud fomentando el autocuidado.

La higiene también es un buen momento para valorar otros aspectos del estado del usuario, además de la piel, como son:
  • Grado de dependencia del usuario.
  • Posición anatómica del cuerpo y la posición del paciente encamado, valorando las fuerzas de presión, fricción y cizalla, que pueden afectar a la aparición de úlceras por presión, pudiendo aplicar una buena higiene postural. 
  • Patologías del usuario, sobre todo pacientes críticos, que pueden alterar el proceso de higiene debido a su situación.
  • Estado de ánimo, aspectos emocionales y psicológicos del paciente. 
  • Aspectos fisiológicos (descanso, alimentación, hábitos intestinales, etc..

Una vez comentados estos aspectos, vamos a proceder a enumerar los pasos a seguir a la hora del aseo e higiene personal con usuarios encamados, este es el procedimiento que recomendamos desde "El Rincón del TAPSD", pero desde aquí queremos reflejar, que ni es el único procedimiento a seguir, ni el más completo, tan solo es nuestra propuesta la hora de realizar esta intervención, para poder realizarla de forma segura y favorecedora. Intentando así, contribuir en la prevención de úlceras por presión y crear hábitos y rutinas favorecedoras para aquellos usuarios encamados.




Consideraciones Generales: 

Antes de realizar cualquier tipo de higiene, es imprescindible que tengamos en cuenta una serie de consideraciones generales:

  • Mantener la intimidad del usuario.
  • Evitar las corriente de aire.
  • Utilizar jabones adecuados para mantener el pH de la piel.
  • Mantener la temperatura del agua según gustos del usuario.
  • Cuidar especialmente las sondas o sueros que pueda tener puesto el usuario para evitar desinserción.

Pasos comunes para todas las técnicas. 

Antes de iniciar el protocolo:
  1. Preparar el material.
  2. Lavarse las manos y ponerse los guantes.
  3. Explicar al paciente lo que vamos a realizar y pedir colaboración si es posible.
Al finalizar el protocolo: 
  1. Recoger el material.
  2. Acomodar al usuario.
  3. Quitarse los guantes y lavarse las manos.
  4. Registrar la intervención realizada.
Protocolo de aseo del usuario encamado. 

Descripción: 

  • Técnica de aseo para usuarios que por su estado no se pueden levantar de la cama aunque conserven su movilidad.


Protocolo: 
  1. Ofrecer la cuña o la botella antes de iniciar el aseo.
  2. Desvestir al usuario (si tiene vía periférica de desviste sacando el camisón primero por el brazo libre y se viste comenzando por el brazo con vía).
  3. Cubrirlo con sábana o toalla. Situar el material necesario de manera que esté a nuestro alcance.
  4. Colocar al usuario decúbito supino y proteger la cama con empapadores
  5. Iniciar el aseo por la cara sin usar jabón.
  6. Lavar los ojos con una gasa húmeda; si hubiese secreciones se retiran con una gasa y suero salino en primer lugar y, a continuación, se lava el ojo del borde interno al externo para evitar contaminar el conducto lagrimal y usando una gasa para cada ojo.
  7. Realizar la higiene del pabellón auricular, empleando una gasa o toalla de cara sin introducir nada en el interior de oído.
  8. Lavar el resto de la cara.
  9. Continuar el aseo en un orden descendiente: cuello, hombros, brazos, manos, tórax, abdomen.
  10. Continuar con piernas y pies, flexionando las piernas para facilitar la limpieza de la parte posterior de estas.
  11. Lavar la zona perineal y genital de delante hacía atrás para evitar infecciones de microorganismos procedentes de la región anal, sobre todo en el caso de las mujeres; se retira el prepucio en los hombres, para poder lavar el glande, y posteriormente, se deja en su posición habitual.
  12. Colocar al usuario en decúbito lateral para el lavado y secado de la espalda y glúteos. Aplicar crema hidratante, realizando un masaje suave para reactivar la circulación.
  13. Una vez terminada la higiene, aprovechar la posición de decúbito lateral y cambiar la ropa de la cama.
  14. Vestir al paciente con ropa, peinarlo y dejarlo en una posición cómoda.

Observaciones:
  • Cambiar el agua y la esponja tantas veces como sea necesario.
  • Ofrecer el usuario la posibilidad de lavar él mismo la zona genital si puede hacerlo.
  • Enjabonar con movimiento circulares, aclarar a fondo, realizando toques suaves con la toalla sin arrastrar esta por la piel.
  • Evitar enjabonar en exceso.

Materiales: 
  • Guantes, cuña o botella, dos palanganas con agua caliente, esponjas desechables, jabón neutro, suero salino, ropa de cama, peine, crema hidratante, pijama o camisón, bolsa para la ropa sucia.

Protocolo básico para la prevención de UPP, a través de cambios posturales como método preventivo. 

La inmovilidad prolongada tiene repercusiones en casi en todo el organismo de los usuarios encamados, como pueden ser:

  • Cardiovasculares: La circulación se relentiza, la venas y arterias pierden elasticidad, lo que puede ocasionar problemas de circulación.
  • Sistema respiratorio: Deterioro de ventilación pulmonar, aumenta la retención de secreciones y con ello la posibilidad de sufrir infecciones respiratorias.
  • Musculo-esqueléticas: Pérdida de masa muscular, mientras que los huesos también se vuelven más débiles y frágiles, por lo que aumenta el riesgo de tener fracturas.
  • Genito-urinarias: Incontinencia urinaria que si no se gestiona bien puede provocar infecciones y alteraciones cutáneas.
  • Sistema digestivo: Pérdida del apeetito y malnutrición; además, la formación del bolo fecal se enlentece, pudiendo llegar a provocar extreñimiento crónico.
  • Piel: Úlceras por presión si no se cambia de postura cada cierto tiempo.

Recomendaciones para el paciente encamado.
  • Usar un colchón anti-escaras, que ayude a distribuir las presiones sobre la superficie del cuerpo y superficies óseas, como talones, codos, rodillas y la región sacra.
  • Mover al paciente cada 2 horas. Cambiar la posición es indispensable para prevenir las escaras.
  • La fisioterapia y los ejercicios ayudan a prevenir la atrofia muscular, rigidez articular y trombosis venosa.
  • Es importante la alimentación, con consumo de proteínas y vitaminas, además una correcta hidratación.
  • Hay que mantener la piel hidratada utilizando cremas especialmente en áreas de presión, ser cuidadoso con la higiene del paciente y secar bien la piel.
  • A la hora de mover al paciente no tirar del cuello ni de los brazos, siempre sujetar del hombro y de la cadera (o pierna flexionada preferiblemente si es posible) al paciente para evitar lesiones.
  • Utilizar almohadas para conseguir alineación corporal correcta y mantener la posición deseada.

Protocolo. 

  1. Moveremos al usuario cada 2 horas, alternando las posiciones de decúbito supino, decúbito lateral izquierdo y decúbito lateral derecho durante las 24 horas. Si la conducción del usuario lo permitiese, podríamos usar la posición de sedentación durante las horas del día, sin dejar de realizar cambio postural cada 2 horas, indistintamente.


Con este único punto como protocolo e implementando las recomendaciones anteriormente mencionas, estaremos disminuyendo en gran medida la posibilidad de aparición de nuevas UPP.

Si el usuario encamado tuviese UPP anteriores, estas deberían ser tratadas específicamente cada una de ellas, según grado y localización. Tanto de los tipos de UPP que existen, como de sus tratamientos específicos, hablaremos en siguientes post. 


A continuación encontrareis un vídeo donde se resume a la perfección, tanto los protocolos como las recomendaciones que desde el "El Rincón del TAPSD", invitamos a que se realicen con aquellos usuarios que por sus circunstancias concretas se encuentren encamados.



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